Las cubiertas ajardinadas no sólo son estéticamente bonitas, también contribuyen a mejorar la calidad del aire, reducen la contaminación y el calor, y mejoran el confort en el interior del edificio.
¿Qué es una cubierta ajardinada? Son aquellas cuya capa exterior de cobertura está ocupa un sustrato de espesor variable, que alberga especies vegetales que precisan un nulo o mínimo mantenimiento. De manera general, los elementos que componen estas cubiertas son: la capa de sustrato, la capa filtrante, la lámina impermeabilizante y la capa drenante.
Las cubiertas ajardinadas presenta numerosas ventajas con respecto al resto de cubiertas tradicionales. Cuando se instala una cubierta verde, en el interior de la vivienda se genera un confort que incrementa la eficiencia energética en todas las estaciones del año.
Esto implica que en veranos una cubierta verde es capaz de absorber hasta un 80% de la radiación y en invierno evita la pérdida de calor por la acumulación térmica.
Esta capacidad de absorción es muy interesante, ya que está contribuyendo a minimizar la llamada isla de calor, un fenómeno que se produce en la grandes ciudades donde los núcleos urbanos experimentan temperaturas más altas por la cantidad de materiales oscuros como el asfalto o el cemento.
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